MVZ Adriana Martín del Campo Fonseca.
Asesor Técnico Bovinos Leche.
Pisa

La mastitis bovina, es una enfermedad que representa una gran pérdida económica en el sector lechero, ya que no sólo implica el gasto en el fármaco a utilizar, si no también, los honorarios del médico veterinario, horas extras de los trabajadores para dar los tratamientos en tiempo y forma, así como el descarte de la leche de la vaca la cual esté padeciendo la enfermedad. Aunado a eso, cuando se aplica un tratamiento para la mastitis clínica a una vaca, no sólo se descarta la leche producida durante el tiempo que dura el tratamiento, sino que, también tendrá que tomarse en cuenta el tiempo de retiro, el cual se refiere al tiempo que tarda el organismo en eliminar completamente cualquier tipo de residuo farmacológico y esa leche sea segura para consumo humano.

En el peor de los casos, tendremos que considerar también la pérdida de 1 o más cuartos de la vaca, e incluso el descarte total del animal si éste no se recupera o comienza a dar indicios de mastitis clínicas crónicas, que no mejoran a pesar de los tratamientos administrados.

Todo esto se traduce en altas pérdidas monetarias, por lo cual es importante dar un tratamiento certero y a tiempo para evitar prolongar y propagar la enfermedad con el resto de las vacas del hato.

Existen diversas opciones para tratar los problemas de mastitis, desde opciones naturales para mastitis subclínicas o clínicas leves como jeringas intramamarias a base de aloe vera y otros extractos naturales, hasta opciones más complejas que incluyen antiinflamatorios y antibióticos de amplio espectro, para ayudar a combatir el agente causal y el daño tisular que éste provoca dentro de la glándula mamaria de la vaca, además, esta adición de antiinflamatorios permite que los antibióticos puedan penetrar correctamente en las áreas afectadas.

La importancia de utilizar fármacos intramamarios que combinen la propiedad antibiótica con antiinflamatoria se verá reflejada en el tiempo de recuperación de la vaca y disminución del riesgo de contagio (lo cual significa una menor pérdida económica).
Los principales agentes infecciosos que provocan las mastitis clínicas son los llamados coliformes (E. coli y Klebsiella spp.), además de numerosas bacterias como Staphylococcus aureus, Streptococcus agalactiae, Streptococcus dygalactiae, Streptococcus uberis y Pseudomonas spp. En el mejor escenario, donde se tiene la disponibilidad de realizar un cultivo y un antibiograma para saber con qué bacteria está peleando, y con qué arma se puede ganar, estas técnicas de laboratorio, son definitivamente la mejor opción para ganar tiempo y brindar la mejor alternativa de tratamiento; sin embargo, muchas veces en campo es difícil realizar este tipo de pruebas.

Otra opción, es utilizar directamente un fármaco intramamario que cumpla con las características anteriormente mencionadas, en cuanto a componentes antiinflamatorios y antibióticos, con mezclas que aseguren el combate de cualquiera de estos agentes infecciosos, para asegurar el éxito del tratamiento en tiempo y forma.

PiSA Agropecuaria cuenta con PISADUG®, una suspensión intramamaria con una mezcla en perfecto balance de antibióticos como tetraciclina, neomicina y bacitracina, adicionada con prednisolona, un antiinflamatorio esteroideo, que actúa rápidamente en las estructuras intramamarias para ayudar a disminuir la inflamación y dolor de la vaca, al mismo tiempo permite que los antibióticos puedan penetrar correctamente para realizar su acción. Su amplio espectro la hace una excelente opción para combatir cualquiera de las bacterias más comúnmente aisladas en las mastitis clínicas y puede aplicarse durante la lactancia de la vaca, contando con sólo 4 días de retiro después de su última aplicación.

PISADUG® es una de las principales opciones para tratar a vacas con mastitis clínicas durante la lactancia, de la mano de su fácil administración y corto periodo de retiro, la convierten en un arma que todo buen productor de leche, preocupado por la salud de las ubres de sus vacas y de su economía, deberá de tener en cuenta para mantener la calidad en su producción láctea que le caracteriza.

Artículo publicado en Entorno Ganadero Agosto- Septiembre 2020