Por: Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
Recientemente el Congreso de la Unión aprobó el paquete económico para el ejercicio fiscal 2021. El trabajo del ejecutivo y legislativo fue muy complicado debido al poco margen de maniobra en las fuentes de ingresos y la priorización del gasto público. En dicho marco se encuentra el presupuesto asignado al Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable mejor conocido como PEC. El gasto que contabiliza el PEC son todas las acciones que diversas secretarías de estado llevan a cabo en zonas rurales o se vinculan de manera directa a las actividades agroalimentarias. El presupuesto asignado al PEC 2021 es menor en 1.4% con respecto al presupuesto aprobado el año anterior, pero lo más importante del presupuesto es la forma en la que se gasta el presupuesto.
En este gráfico podemos observar, que del total de presupuesto de egresos autorizado al Gobierno Federal la participación del Sector Rural es el más bajo desde el 2006 con el 4.5%.
La visión del presupuesto del PEC en los últimos tres años tiende a ser más social que productivo. Es claro que nadie puede estar en contra de destinar más recursos para mejorar la calidad de vida de 20% de la población que habita en zonas rurales. El CONEVAL en 2018 se estimó que 5 millones de habitantes en zonas rurales se encuentran en situación de pobreza extrema, cifra muy similar al nivel de pobreza extrema en zonas urbanas de 4.3 millones de personas. Es importante señalar, aunque en el medio rural existe pobreza, pero la agricultura no necesariamente implica atraso o pobreza. En este orden de ideas para tener un desarrollo inclusivo sin dejar a nadie atrás, es necesario que el gasto público refleje la atención diferenciada que necesitan las personas en situación de pobreza en zonas rurales; la inversión en bienes públicos como infraestructura carretera, sanidad e inocuidad, información, sustentabilidad que necesitan todos los actores cadena productiva; y, los bienes privados que compensen la asimetría con nuestros socios comerciales.
En el gráfico siguiente se puede observar que del total del PEC, la SADER disminuye su participación al 14.7%, el más bajo desde el 2006.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), rector de las políticas públicas en el sector agroalimentario, ha visto mermada su capacidad para atender las demandas más sentidas de los productores. El presupuesto asignado 49.2 mil millones de pesos a la SADER es equivalente al 60% del presupuesto aprobado para dicha Secretaría de Estado en 2015, pero no es importante el monto, sino como se gastan los recursos públicos. La principal asignación del presupuesto se concentra en 6 programas que son: apoyo a fertilizantes; producción para el bienestar; precios de garantía; programa de abasto rural Diconsa; consumo de leche Liconsa; y, adquisición de leche a productores nacionales; estos 6 programas consumen 64% del presupuesto total de la SADER. Los recursos se enfocan principalmente a la atención de pequeños productores para mejorar su ingreso, pero por sí solas las transferencias directas, no hacen más productivos o competitivos a dichos productores para romper con el ciclo de pobreza en el que se encuentran. Por otro lado, los agricultores en etapa de transición y comerciales se encuentran a su suerte compitiendo con agricultores de todo el mundo que cuentan con instrumentos de política pública que los hacen más competitivos y productivos. Sin embargo, los productores de nuestro país demuestran todos los días que somos una potencia agroalimentaria, ocupando el 9º lugar como productor mundial de alimentos, y durante la crisis sanitaria mundial que afectó severamente la economía, el sector primario fue el menos afectado y será el sector con mayor crecimiento durante 2020.
El presupuesto de egresos de la federación es una herramienta útil para cerrar las brechas de desigualdad y para potenciar el desarrollo de sectores clave. Estoy convencido que ambas metas son alcanzables, ya que el Gobierno no lo puede todo; y, las empresas y sociedad no pueden solas, el punto es complementar las fortalezas para alcanzar un mismo objetivo que es un “México próspero y más equitativo”.