López Martínez Angélica
Prestadora de Servicio Social.
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos.
FMVZ-UNAM.
angypi12@yahoo.com.mx

Martínez Gamba Roberto G.
Ramírez Hernández Gerardo.
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos.
FMVZ-UNAM.

Condiciones generales de la porcicultura tanto a nivel mundial como en México.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el año 2020 la producción de carne de cerdo disminuyó un 8%, llegando a los 101 millones de toneladas, debido principalmente al bajo desempeño en los países asiáticos, quienes se han visto afectados por la Peste Porcina Africana (PPA), este escenario llevó a que las importaciones chinas se alzaran 41% sobre 2019; equivalente a compras internacionales de hasta 4.1 millones de toneladas, y a 40% del total del comercio de este cárnico, por lo que, el comercio internacional de carne de cerdo mantiene su tendencia alcista debido al aumento en la demanda de carne de cerdo en China.

En total, la FAO estimó que las exportaciones mundiales de esta proteína animal experimentaron un crecimiento de aproximadamente 11.2%, posicionándose en 10.6 millones de toneladas hacia finales de 2020.

En México, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural estimó que en el año 2020 la producción de carne de porcino ascendió a 1.7 millones de toneladas, lo que representa un incremento de cuatro por ciento en comparación con lo registrado el año inmediato anterior.

El principal comprador de la carne de porcino mexicana fue Japón, con una participación de 66.7%, seguido de China y Estados Unidos, con 16.6% y 8.8%, respectivamente; mientras que el principal proveedor de la carne de cerdo importada por México, con una participación de 83.9%, fue Estados Unidos, seguido de Canadá, con 15.9%.

Esta tendencia genera una producción más intensiva y tecnificada, lo que provoca una mayor presión para los animales, específicamente para las reproductoras al requerirse que tengan cada vez más lechones y su periodo entre partos sea más corto, principalmente reduciendo la lactancia y disminuyendo el tiempo de involución uterina.

Importancia del proceso reproductivo y de la duración de la cerda en la granja.

Mejorar el rendimiento de por vida y la longevidad es una forma importante de aumentar la productividad y la rentabilidad de un hato de cerdas. En general, el 45% de todas las cerdas sacrificadas son primerizas y las cerdas de primera y segunda paridad se sacrifican en su mayoría por falla reproductiva. Además, se estima que una cerda debe producir al menos tres camadas antes de ser económicamente viable. Por lo que la longevidad de las cerdas es un importante problema financiero y de bienestar en las empresas de cría de cerdas.

El número de estro en el que las primerizas se aparean por primera vez afecta su desempeño de por vida y se sabe que el tercer estro es el óptimo para aparearlas, ya que esto resulta en que produzcan significativamente más lechones a lo largo de su vida.

El Síndrome del Segundo Parto

En las granjas actuales, altamente tecnificadas y con las líneas genéticas con las que se trabaja, es muy habitual que en el primer parto de la cerda se obtenga un excelente desempeño reproductivo (fertilidad a parto y número de lechones nacidos); estos excelentes resultados se vienen abajo en el segundo por la aparición del Síndrome del Segundo Parto, un trastorno reproductivo que se manifiesta por los siguientes signos:

  • Anestro posdestete: alargamiento del intervalo destete-celo por arriba de siete días.
  • Infertilidad con disminución en tasa de partos.
  • Bajo número de lechones nacidos vivos en la segunda camada.

En el origen de estas problemáticas se encuentra la pérdida de peso relativamente alta que se produce durante la primera lactación, lo que hace que las hembras lleguen al destete con una pobre condición corporal y por tanto con patrones alterados de la secreción pulsátil de LH.

A nivel de la cerda se identifican como factores predisponentes: las hembras con este síndrome generalmente son las que tienen una primera camada más grande, la mayor espera entre la llegada a la granja y el primer servicio, la concepción de la segunda camada tras la primera cubrición, la temporada de destete y, a nivel de explotación: el tamaño de la misma, el manejo de los lotes y el rendimiento del primer parto (figura 1).

Figura 1. Una de condiciones del síndrome de segunda camada es el nacimiento de camadas poco numerosas, generalmente con 8 o menos lechones.

¿Cómo se desencadena el Síndrome del Segundo Parto?

Las cerdas de primera paridad tendrán un intervalo destete-celo (IDC) más largo que el observado en las cerdas multíparas. Después del parto, deben ocurrir varios cambios fisiológicos y físicos en la cerda antes de una reproducción posterior exitosa, el útero debe sufrir algún grado de involución, proceso que no se completa hasta unos 24 días en las cerdas lactantes. Dado que la ovulación en las primíparas se produce en asociación con un balance energético negativo inducido por la lactancia, una reducción en la tasa de ovulación podría ser la principal causa del bajo número de lechones nacidos en la segunda camada.

Se ha demostrado también que el tamaño de la camada destetada afecta al IDC, si bien existen informes de campo de IDC retrasado en cerdas que destetan camadas muy pequeñas. Se esperan retrasos estacionales en IDC a finales del verano y principios del otoño. Esto es parte de lo que comúnmente se conoce como infertilidad estacional y las causas no están completamente claras. Además, la ingesta de alimento durante la lactancia es menor en verano, lo que puede predisponer a las cerdas a la disfunción endocrina.

Las condiciones de estrés por calor impactan negativamente en la productividad de las cerdas, acentuándose en las hembras de primero y segundo parto. Los criadores de cerdos deben tomar medidas efectivas para reducir el estrés por calor como estrategias de nutrición o sistemas de enfriamiento en los rebaños de cerdas en gestación y/o parición entre mayo y julio.

¿Cómo evitar ese Síndrome de Segundo Parto y qué cuidados tener?

Existen una serie de recomendaciones para disminuir la incidencia de este problema en las hembras de la granja, que se pueden agrupar en:

  • Edad y peso a primer servicio

Las recomendaciones actuales de la industria son aparear a las primerizas en su segundo o tercer ciclo estral (entre 220 y 230 días de edad), tengan reservas corporales adecuadas antes de la reproducción (peso entre 130 y 140 kg y una grasa dorsal de 16 – 20 mm), para asegurarse de que hayan alcanzado la madurez suficiente para mantener el rendimiento reproductivo durante los siguientes partos (figura 2).

Figura 2. El primer servicio de primerizas con pobre condición corporal es una de las causas del Síndrome de Segundo Parto.

Retrasar la reproducción tiene las implicaciones financieras de un aumento de los días no productivos y los costos adicionales de alimentación. Sin embargo, estos podrían compensarse con una mayor fertilidad y una mayor productividad de por vida.

Primerizas servidas con más de 140 kg aumentan los costos de producción debido al alimento adicional, necesidades de instalaciones, de equipamiento y, también, a un mayor costo de alimento de mantenimiento durante la vida útil del animal. Las hembras que tienen su primer servicio a 160 kg generalmente requieren 0.15 kg/día adicionales de alimento de gestación que aquellas servidas a 135 kg. Además, primerizas servidas a mayores pesos tienden a tener una vida productiva más corta en las granjas y son propensas a tener una caída en el desempeño de su segundo parto y/o tener un intervalo destete-a-servicio más largo.

Las primerizas que se aparean antes de los 230 días experimentan períodos de vida más largos. Las hembras que se aparean por primera vez a edades más tempranas tienen una mayor longevidad y se sabe que una primera cubrición de menos de 230 días es la más adecuada.

  • Alimentación en la gestación

Se debe proporcionar alimento balanceado a las cerdas, éste debe tener una composición de 14% de proteína, 0.65% de lisina, 0.90% de calcio, 0.40% de fósforo aprovechable y 2.8 a 3.0 Mcal/kg de energía metabolizable.

La cantidad de alimento que se proporciona es restringida y fluctúa desde 1.5 a 3.5 kg/día, según la etapa de gestación, siempre tratando de satisfacer el requerimiento diario de nutrimentos. La forma más eficiente de suministrar el alimento es dividirlo en tres etapas con el fin de que se utilice más eficientemente, se evite una mayor mortalidad embrionaria, se recupere el tejido corporal perdido y se obtenga un lechón de un mayor peso al nacimiento. Este sistema consiste en suministrar de la monta al quinto día de gestación una cantidad de alimento de 1.5 kg por día, luego del tercer día al día 90 suministrar 2.0 kg y de ahí al final de la gestación una cantidad de 3.0 a 3.5 kg por día.

Una práctica común es aumentar la cantidad de alimento al final de la gestación. Primerizas y hembras gordas/sobre acondicionadas no deben recibir alimento extra durante la gestación tardía. Una vez que se ha tomado la decisión de aumentar el alimento, la recomendación actual es aumentar el alimento ofrecido en 0.9 kg/día por hembra, comenzando en el día 90-100 de gestación.

Un promedio de 725 kg de dieta de gestación por hembra es consistente con altos niveles de producción y buena longevidad. Las primerizas no deben ganar más de 45 kg durante su primera gestación, para llegar al parto pesando 180-190 kg. El promedio de ganancia de peso corporal en las siguientes gestaciones debe limitarse a 20-25 kg por hembra. Compruebe que la tasa de flujo de agua no es menor a 2 L/m y asegure un consumo de al menos 17 L/día).

  • Cuidados al primer parto

El traslado de las cerdas gestantes a maternidad puede ser hasta una semana antes del parto para permitir que las hembras se acostumbren a la jaula individual y al sistema de alimentación, pero 2-3 días antes del parto también funciona bien.

Pre-Parto. La preparación de la sala es fundamental para el éxito. Trate de manejar la sala de partos como un sistema todo-dentro/todo-fuera. Limpie y desinfecte la sala entre cada uso. Verifique que todos los ventiladores, lámparas de calor, bebederos y comederos estén funcionando antes de trasladar a los animales.

En unidades de alimentación manual, las hembras deben ser alimentadas con 1 kg dos veces al día antes del parto. La alimentación durante este período puede ser a libre acceso cuando usa comederos automáticos. No alimente a las hembras el día del parto o si ellas presentan signos de parto. Las hembras deben alimentarse a libre demanda desde el mismo día del parto.

Inducción de Partos. En general, no induzca cuando:

  • El proceso de parto ya ha comenzado; revise el comportamiento de la hembra, la eyección de leche y las contracciones abdominales.
  • La dotación de personal durante los fines de semana sea una limitante para asistir el proceso de partos, por lo tanto, evite hacer inducciones los viernes y sábados.
  • Las hembras tengan menos de 115 días de gestación. La meta es inducir no más del 30% de las hembras por sala.

Asistencia de Partos. Controle cada 20 minutos hembras de más de 5 partos, cojas, hembras con sobrepeso y hembras con historial alto de tasa de nacidos muertos. Hembras jóvenes y normales deben ser controladas cada 40 minutos. Al final del proceso de parto se debe dedicar mayor atención a las camadas con un alto número de lechones nacidos (figura 3). Registre todo en la tarjeta de la hembra. Cuando esté asistiendo partos, use una manga plástica lubricada e introduzca la mano en forma de cono. Si no hay lechones en el tracto reproductivo bajo, espere 10 a 20 segundos para estimular una contracción, la cual a veces expulsa al lechón. Si no pasa nada, proceda con la palpación.

Figura 3. Durante el parto controle a las hembras 30-40 minutos y al final del parto debe dedicar mayor atención a las camadas con un alto número de lechones nacidos.

Uso de Oxitocina: Limite el uso de la oxitocina para aquellas hembras que realmente la necesitan para apoyar las contracciones uterinas. La hormona puede ser adecuadamente usada en hembras exhaustas, después de descartar la posibilidad de que un lechón esté bloqueando el canal de parto. Cuando se requiera el uso de oxitocina, limite su uso a no más de dos inyecciones por parto, separadas al menos por 2 horas y no más de 10 UI en cada inyección (típicamente 0.5 cc). Las inyecciones de oxitocina son mucho más seguras cuando son administradas después de que la primera mitad de la camada ha nacido, por lo tanto, evite su uso antes de que hayan nacido seis lechones.

Atención de lechones. Las primeras 8 horas de vida son las horas más difíciles para un lechón en maternidad. Este tiempo puede definir los cerdos que vivirán vs. los que morirán, así como cuánto pesarán al destete. El microambiente bajo la lámpara de calor o sobre la carpeta de calor debe ser de 32-35°C. Seque a los lechones inmediatamente al nacer frotándolos manualmente, asegúrese de que estén respirando. Desafíe a la hembra primeriza con 13-14 lechones fuertes para desarrollar y estimular adecuadamente todas las glándulas mamarias.

En general, se debe minimizar el uso de adopciones después de las 24 horas desde el parto y trate de mantener un mínimo de 70% de camadas intactas (sin cerdos en adopción) de destete de la granja. En general, camadas con 12-14 lechones deberían ser dejadas intactas, de modo que las candidatas para adopciones, dar y recibir, son las que tiene menos de 12 y más de 14 lechones. Nunca proporcione a una hembra con más lechones que su número de pezones funcionales.

Coloque a los lechones livianos en una hembra de segundo parto o tercer parto. Evite usar primerizas a menos que no tenga otra opción, como en granjas nuevas o en granjas de primer parto con un sistema de segregación de partos. Evite usar hembras de más de tres partos.

  • Alimentación en lactancia

La ingesta de alimento durante la lactancia es quizás el factor más importante que afecta al intervalo destete-celo (IDC). Durante la lactancia, una cerda que no consume suficientes nutrientes utilizará las reservas corporales para apoyar la producción de leche. Se debe proporcionar un ambiente confortable para la cerda durante la mayor parte del día posible; las luces deben estar encendidas cuando las temperaturas estén en la zona termoneutral. Debe garantizarse la presencia de alimento fresco. Las tomas diarias múltiples casi siempre aumentan la ingesta de alimento. Se sugiere un régimen de al menos dos veces al día.

Si se previene la pérdida de peso y se asegura una ingesta adecuada de lisina, las hembras lactantes estarán en la mejor disposición para que el desarrollo subsecuente sea óptimo. Una restricción en la ingesta de alimento durante el periodo de lactancia da lugar a una peor calidad de los ovocitos durante la siguiente ovulación, lo que se traduce en un número inferior de lechones nacidos en el siguiente parto. Por otra parte, el aumento de los niveles de alimento consumidos por las cerdas durante el periodo de lactación permite maximizar la producción de leche, lo que da lugar a que los lechones destetados sean más fuertes y pesados.

Consecuencias del déficit en el consumo de alimento. Una hembra primeriza en lactación debería comer 7.5-8 kg diarios de alimento; sin embargo, el consumo de alimento medio de una primeriza rara vez supera los 6-7 kg/día y, en ocasiones, no llega ni a los 6 kg/día. Este déficit energético perturba el funcionamiento hormonal al destete. Esto genera un pico de LH retardado e inferior al normal que conlleva a infertilidad, debido a:

  • Retorno a celo tardío.
  • Ovulación retrasada.
  • Tasa de progesterona inferior a la normal. Además, la tasa de ovulación de este tipo de hembras es inferior y, lo que es más importante, los ovocitos liberados son de menor calidad.
  • Como consecuencia de todo ello, aparecen los siguientes problemas:
  • Viabilidad embrionaria reducida.
  • Aumento de la mortalidad embrionaria.
  • Camadas pequeñas.
  • Lechones más heterogéneos al nacer.

Por supuesto que, para evitar el deterioro de la condición corporal es necesario implementar estrategias para incrementar el consumo durante la lactación:

  • Levantar a las cerdas varias veces al día.
  • Limpieza diaria de los comederos.
  • Suministrar alimento fresco varias veces al día: usar dietas concentradas.
  • Vigilar fermentaciones del alimento: las altas temperaturas de las salas de partos hacen que la fermentación aparezca rápidamente.
  • Suministro de agua a libre disposición.
  • Caudal de agua mínimo: 3-3.5 litros/minuto, suplementar agua.
  • Refrigerar las salas de partos.

La meta es aumentar el consumo de alimento tan pronto como sea posible después del parto. En una lactancia de 20 días, la meta de uso de alimento diario promedio es 6.8 kg por jaula de parto y, 7.3 kg por día de lactancia. Para un intervalo de destete-a-servicio de 5.5 días, se debe establecer como meta que las hembras coman al menos 22.7 kg en total.

Es necesario asegurar que la tasa de flujo de agua no sea menor de 2 L/min y que la disponibilidad de agua garantice un consumo de 19 L/día.

  • Duración de la lactancia

La mayoría de las cerdas regresan al estro después de períodos de lactancia promedio de 16 a 22 días dentro de los 3 a 8 días posteriores. En estas cerdas, el estro suele durar 56 horas. En la mayoría de los animales, la ovulación ocurre de 36 a 44 horas después del inicio del estro. El regreso al estro después del destete en este intervalo de tiempo, es importante para optimizar las condiciones de reproducción y mantener la integridad de los grupos de partos. El estado ovárico de la cerda al destete puede ser la clave para comprender el desempeño reproductivo de la hembra después del destete.

La ocurrencia del estro posdestete es influenciada por muchos factores, incluyendo la duración de la lactancia, la paridad y la estación. La duración de la lactancia parece ser importante en la respuesta amortiguada de la LH a la GnRH o al estradiol exógenos durante las primeras semanas de lactancia.

El destete en grupo es el método más exitoso para la sincronización del estro en cerdas adultas para facilitar la programación de la producción. Se ha utilizado la reducción de la intensidad del amamantamiento para minimizar el intervalo de tiempo desde el destete hasta el estro después de períodos de lactancia más largos. La ovulación no suele ocurrir con lactancias que duran hasta 28 días.

  • Estimulación del celo posdestete

Un elemento importante que afecta al intervalo destete-celo es la exposición a un verraco después del destete. La mayoría de las granjas comienzan a exponer a las cerdas con los verracos el primer día de la detección del estro, típicamente el día 3 o 4 después del destete. Sin embargo, la exposición al macho debe realizarse desde el día del destete colocando un macho adulto y activo enfrente de las hembras por al menos una hora diariamente.

Los verracos pueden estimular la ciclicidad después del destete, la detección del comportamiento estral y la expresión del estro (figura 4).

Figura 4. Las hembras deben exponerse a la presencia del macho desde el día del destete.

Existe evidencia de que el contacto con el verraco puede influir en la liberación de LH, el inicio del desarrollo del folículo y el momento de la ovulación después del destete. Se sabe que los verracos deben tener al menos 11 meses de edad para poder inducir el estro en las primerizas. Probablemente, desde el punto de vista del comportamiento, los machos deben ser activos y entusiastas en su interacción con las cerdas.

Para reducir el intervalo destete – salida a celo no hay mejor estrategia que el trabajo intenso con varios machos a la vez desde el mismo día del destete.

Estudios recientes han demostrado que la inducción de la ovulación inmediatamente después del parto podría, si es seguida por un ciclo estral de duración normal, resultar en una segunda ovulación por lactancia en un momento apropiado para que ocurra el apareamiento (es decir, el día 22 – 26 posparto), sin necesidad de manipular la carga ni la duración de la lactancia. Estos datos demostraron que el 56% de las cerdas expresaron la ovulación de la lactancia en respuesta a la exposición del verraco en la línea entre el día 18 y el 30 después del parto, lo que sugiere que el genotipo actual de las cerdas puede ser más sensible a la estimulación del verraco durante la lactancia y no hasta el destete.

  • Otras prácticas para mitigar el SSP

Para prevenir el Síndrome del Segundo Parto, tradicionalmente se han recurrido a diversas estrategias como son las siguientes:

Saltarse un celo. Esto conlleva una recuperación de la condición corporal y, lo más importante, un cambio de estado metabólico, pasando de estado catabólico a anabólico. Además, este retraso en la cubrición permite garantizar una buena involución uterina. El problema es que saltarse un celo tiene un costo importante en cuanto a días no productivos, al menos 21, lo cual representa un gran costo para la producción. Las circunstancias que llevan a los productores a tomar la decisión de saltarse un celo deben ser revisadas regularmente para ver si la práctica se justifica cuando la economía cambia. Cuando se necesita dejar pasar el celo en más de un 20% de las hembras, hay otros problemas que requieren ser solucionados primero. Los puntos para revisar son: peso y edad al primer servicio, uso de la dieta de gestación, ganancia de peso en gestación, consumo de alimento en lactancia y presencia de diarreas u otras enfermedades.

Durante el periodo de espera por el celo subsiguiente alimente adecuadamente a las hembras para que recuperen el tejido corporal e insemínelas al siguiente celo.

Aplicación de hormonas exógenas. Se han utilizado gonadotropinas exógenas para sincronizar y mejorar el retorno al estro, la tasa de ovulación y la fertilidad después del destete en granjas que no muestran un rendimiento reproductivo óptimo después del destete. Las gonadotropinas exógenas, como eCG solas o en combinación con hCG (PG 600), se han utilizado en cerdas para estimular el crecimiento folicular con el objetivo de aumentar la tasa de ovulación en cerdas primerizas y acortando el intervalo entre el destete y el estro en las cerdas multíparas y análogos de GnRH como D-Phe 6- LHRH y triptorelina se consideran apropiados para inducir la ovulación en las cerdas.

Se ha visto que la combinación de 400 UI de gonadotropina coriónica equina (eCG) + 200 UI de gonadotropina coriónica humana (hCG) (PG600) 24 h después del destete es eficaz para reducir el intervalo entre el destete y el estro, y para aumentar el tamaño de la segunda camada. Este tratamiento hormonal podría utilizarse estratégicamente para minimizar el impacto del Síndrome de la Segunda Camada.

El Altrenogest es un progestágeno activo por vía oral que inhibe la liberación de gonadotropinas de manera similar a la progesterona natural. Se ha utilizado con éxito para sincronizar los ciclos estrales y para aumentar el rendimiento reproductivo de las primerizas cuando se aplica una dosis de 15 a 20 mg durante 14 a 18 días. En las cerdas, se encontró que el Altrenogest administrado en dosis de 15 a 30 mg durante al menos 3 días comenzando antes o después del destete era suficiente para sincronizar los ciclos estrales, para tratar la depresión de la segunda camada en cerdas primerizas y para aumentar el rendimiento reproductivo después del destete temprano.

El uso de Altrenogest al destete es válido tanto para las hembras que acaban de terminar su primera lactación como para todas aquellas hembras que al destete presenten una baja condición corporal, independientemente del número de partos que tengan; y permite:

  • Retrasar la salida a celo unos días para permitir la recuperación de la hembra.
  • Cambio de estado fisiológico de la cerda, de catabólico a anabólico.
  • Completar correctamente la involución uterina.
  • Disminuir el porcentaje de anestros.
  • Mejorar los parámetros productivos del ciclo siguiente.

La administración del Altrenogest se inicia el mismo día del destete, es más recomendable el hacerlo el día anterior al destete y nunca el día después. El modo de empleo del Altrenogest se muestra en la figura 4:

Con la sincronización hormonal lo que se busca es tener todos los celos posibles en un lapso conocido y ayudar a recuperar la condición corporal a cerdas con mucho desgaste corporal en la lactancia, sin necesidad de esperar hasta el siguiente ciclo estral. Generalmente, cuando los protocolos de Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (FTAI) se aplican después de los 28 días de lactancia, los resultados son más positivos. Es poco probable que un protocolo para FTAI en cerdas lactantes tenga éxito si se aplica antes de la tercera semana de lactancia; se observan mejores resultados cuando el tratamiento de lactancia comienza a más de 3 semanas.

  • Mitigación de la Infertilidad Estacional.

Disminución del consumo de alimento, menor peso al destete, pérdida excesiva de condición corporal, aumento del intervalo destete-celo y disminución de los lechones nacidos son los parámetros más comúnmente afectados en la época de alta temperatura encontrados en la práctica. La frecuencia de descarte de cerdas alcanza su punto máximo en el verano, lo que significa que el calor tiene un efecto adverso sobre el descarte de cerdas.

Para mitigar este impacto, asegúrese de que todos los controles ambientales para climas calientes (ventiladores, nebulizadores, aspersores y/o paredes húmedas) están instalados y funcionando de manera adecuada mucho antes de los meses calurosos. Confirme que todas las hembras tienen un completo acceso a agua fresca en cada edificio de la granja (Servicios y Gestación, Maternidad, Unidad de Desarrollo de Primerizas).

Se debe considerar un esquema de trabajo temprano para tener a las hembras alimentadas y detectar celo e inseminar durante las horas más frescas del día. Considere eliminar a las hembras de más de 5 partos o a las hembras con pobre condición corporal. Destete tempranamente a hembras jóvenes (P1 y P2) que comienzan a perder mucho peso en maternidad.
Otra estrategia para mantener el rendimiento de la piara es aumentar el flujo de primerizas durante el verano, aunque esto tiene otros costos implícitos.

Conclusiones.

El Síndrome del Segundo Parto es muy frecuente en las hembras tras la primera paridad, sus principales causas son: mala condición corporal posdestete, mala alimentación durante la gestación y lactancia, infertilidad estacional (estrés calórico), primer servicio a un peso y edad insuficientes, primeras camadas muy numerosas y pesadas, mala detección de celo posdestete, etc.

Lo más importante para poder prevenir este síndrome es asegurar que las hembras tengan su primer servicio al peso y edad adecuados, para posteriormente tener una gestación y lactancia con buenas reservas corporales, para ello es muy importante asegurarles una buena alimentación en estas dos etapas y al destete asegurarse que las cerdas estén en buenas condiciones para volver a ciclar y volver a quedar gestantes.

Algunos protocolos de aplicación de hormonas parecen ser muy eficientes para sincronizar los celos de cerdas posdestete, sin embargo, las hormonas no sustituyen el manejo inadecuado, el flujo deficiente de los cerdos, mala alimentación, presencia de enfermedades, etc. Los cambios hormonales normales que involucran la reproducción deben entenderse completamente antes de que las hormonas exógenas se puedan usar correctamente y se deben usar siempre bajo supervisión de un Médico Veterinario Zootecnista.

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Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Mayo- Junio 2021